Se relata el caso de un habitante del sol que quería abandonar su mundo y nacer en la Tierra para también ser, no solo una criatura solar, sino también un verdadero hijo de Dios.
Trataremos de resumir el texto, que aún no está traducido al español, en sus puntos útiles para nosotros, ya que la mayoría no estamos enterados de este tema tan importante para la vida en la Tierra.
Y dice así:
"Habitante del sol, piensa que Dios prueba a Sus Hijos de esta Tierra hasta la última gota de vida a través de todo tipo de sufrimiento, dolor y tribulación." (Sol Espiritual 2.16.16)
La experiencia de nuestra vida es la mejor demostración de esta verdad.
"Como hijo del Sol que quieres nacer en la Tierra, tienes que saber que tendrás que hacerlo igual como nace un hijo de Dios: en la completa ceguera. Nada de lo que sabes ahora en tu vida solar maravillosa podrás tenerlo en tu memoria, ya que estos recuerdos te serán quitados de tu conciencia porque así es necesario para la conducción durante tu vida terrenal." (Sol Espiritual 2.16.17)
"La criatura solar estará obligada a empezar una vida nueva, pero llena de esfuerzo y dificultades. No se quedará con nada de su vida anterior, a excepción de sus ansias de vivir en este mundo en medio del máximo peligro." (Sol Espiritual 2.16.17)
"Anhelarás poseer todas las perfecciones y maravillas similares que tuviste en tu vida anterior, también tendrás que percibir las grandes aptitudes y capacidades del espíritu, pero no podrás realizar ninguna de ellas en tu cuerpo pesado y fatigado". (Sol Espiritual 2.16.18)
Quién no ha soñado con poseer talentos y capacidades grandiosas en su vida. ¿No hemos experimentado todos esas ansias por lo maravilloso y sublime, la mayoría de ellos quedaron sin poder ser desarrollados debido a las dificultades y limitaciones de nuestro cuerpo?
Seguiremos leyendo, y dice así:
"Y en caso que tú, a pesar de todas las dificultades, encuentres medios para lograr la realización de tus anhelos, aunque sea solo de la manera más imperfecta, entonces ¡ya estarás pecando ante Dios!" (Sol Espiritual 2.16.18)
Esto puede sonar bastante fuerte y exagerado, pero es importante comprender a dónde quiere llevarnos el Señor, y por qué estas actividades representan un pecado.
Dice el Espíritu de Dios al habitante solar:
"Aquí, en tu vida en el Sol, todo lo que posees es de tu propiedad dada por Dios, pero si naces en la Tierra, no podrás apropiarte ni siquiera de la pajita más pequeña. "(Sol Espiritual 2.16.19)
"En tu mundo solar, la riqueza y la gran majestuosidad es parte de la virtud, pero en la Tierra te será considerado como un vicio o pecado mortal."(Sol Espiritual 2.16.19)
"Aquí puedes querer algo y tu planeta obedecerá a tu mínima señal, pero allá, tendrás que prepararte, tú mismo y con mucho esfuerzo, tus alimentos en el doloroso sudor de tu rostro." (Sol Espiritual 2.16.17)
Estas fueron las pocas pero abrumadoras condiciones para este hombre solar que tuvo el deseo de nacer en la Tierra.
Al margen de ello, y de qué decidió el hombre solar, esta historia puede ser muy útil a nosotros para reflexionar la situación de nuestra vida. Por ejemplo, ¿cómo saber qué es pecado y qué no lo es?
El Señor dijo: "[...] El Hijo del Hombre no posee nada [ni siquiera una piedra] dónde recostar su cabeza." (Mateo 8:20; Lucas 9:58)
Pero, ¿realmente imitamos al Señor en este punto o más bien lo ignoramos y nos llenamos de riquezas y las defendemos con mucho esfuerzo y nos irritamos si alguien toca lo que es nuestro?
¿Será que no hemos comprendido para nada este asunto tan importante? Y que Francisco de Asís, cuando se desnudó por completo, dando a entender que no es dueño de nada, estaba en lo cierto?
En el capítulo 17 hay más explicación importante a este misterio de la vida.
(Continuará)